Docencia

La docencia en la universidad española se enmarca en lo que se ha denominado proceso de Bolonia o Espacio Europeo de Educación Superior. La información sobre las características de este proceso se encuentra en www.universidad.es . De aquí se ha obtenido el siguiente gráfico en el que se resume la estructura del sistema español:

Además ha de encarar todo este proceso de reforma, las universidades se encuentran con un problema generalizado de reducción de fondos debido a la crisis global. Desde los sectores empresariales y en general de los demandantes de capital humano, se exige además un cambio en los currículos que se adapte a los cambios en los usos y gustos de la población mundial, que por otra parte se ha vuelto más homogénea por la globalización. A todo ello se une que las diferencias entre las características sociales, valores, ideología y comportamientos de los profesores y alumnos cada vez es más acusada, cambia más rápido y prácticamente al instante en todo el mundo.

La amplia documentación generada en el proceso de Bolonia establece a grandes rasgos las líneas generales que ha de seguir la metodología docente adaptada al EEES. A lo largo de las sesiones de conformación del EEES, se han ido planteando estos aspectos: mayor participación del alumno, enseñanzas dirigidas a la capacitación y formación de destrezas, mayores componentes prácticos, autoaprendizaje tutelado, formación personal y en valores y valoración del trabajo dentro y fuera del aula. Estas líneas generales, válidas para cualquier enseñanza universitaria, están también justificadas por el cambio generacional y social que se ha producido en los últimos años, donde las nuevas tecnologías, en simbiosis con la globalización, han jugado un papel esencial.

Antes incluso de la entrada obligatoria en esta metodología he puesto en práctica sus principios con los que me he sentido plenamente identificada, bajo la creencia de que la formación universitaria va más allá de la mera transmisión de conocimientos o de procesos de investigación. El principio de universalidad implica una formación en valores de los que se nutren mutuamente profesor y alumno.

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